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Soufine: Más de 27 Años Desentrañando los Secretos del Subsuelo Madrileño

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Soufiane-Altos Proyectos

Hoy tenemos el privilegio de charlar con Soufine, dueño de la empresa Altos Proyectos, dedicada a la pocería y desatascos en Madrid, un verdadero maestro pocero que lleva más de 27 años dedicado a desentrañar los misterios que se esconden bajo nuestros pies. Prepárense para conocer la pasión, el esfuerzo y las increíbles anécdotas de un hombre que vive su trabajo como nadie.

Una Vida Entregada a la Pocería

Cuando Soufine habla de sus 27 años en el mundo de la pocería, aclara que es «como el doble». Desde niño, sus jornadas laborales eran maratonianas, empezando a las 7 de la mañana y terminando a las 9 de la noche, incluso sábados y domingos. Con solo 15 días de vacaciones al año, o a veces ninguna, su compromiso era absoluto. Esta dedicación temprana forjó su carácter y su ritmo de trabajo incesante: «Yo soy ansioso. Trabajo para saber, como un niño, no paro.»

La Emoción de lo Difícil: Donde Otros se Rinden, Altos Proyectos Triunfa

Una de las facetas más fascinantes de Soufine es su predilección por los trabajos complicados. «Me encantan las cosas difíciles. Lo fácil lo hace cualquiera», afirma con una sonrisa. Al principio de su carrera, esta inclinación a veces le granjeaba los proyectos más desafiantes, aquellos que otros evitaban. Sin embargo, con el tiempo, esta circunstancia se convirtió en su mayor aliado: le confiaban los pozos hundidos, las profundidades del centro de Madrid con sus resaltos y dificultades extremas. Él, junto a su equipo, transformaba lo «conflictivo» en trabajos bien ejecutados, demostrando una y otra vez su maestría.

Soufine no cree en las jerarquías en el día a día. Para él, su equipo es una unidad: «No trabajo con jerarquía, trabajo con equipo. La jerarquía siempre la dejo cuando hay problemas. Si no hay problemas, no hay jerarquía. Todo. Yo codo a codo.» No duda en ser el primero en bajar, en cargar cemento – incluso sacos de 50 kilos cuando pesaban el doble de lo actual –, siempre para animar y dar ejemplo.

La Endorfina de un Trabajo Bien Hecho

La pasión de Soufine por su oficio es palpable. «Nadie me hace más feliz como un trabajo bien hecho», confiesa. Especialmente si el trabajo es complicado y logra resolverlo. La satisfacción es tal que le sube la endorfina, se siente «contentísimo, saltando». Sin embargo, si un problema se complica y no lo puede terminar en el día, la frustración es inmensa: «Esta noche para mí es fatal.»

Esta dedicación extrema ha hecho que otros poceros, e incluso el personal de oficina, sepan que cuando hay un reto, la frase clave es: «Hay una cosa para ti.» Y Soufine, con su saco de ropa de cambio, se lanza al pozo. Sus relatos incluyen salir cubierto de lodo, ducharse con agua fría en el mismo lugar y cambiarse por completo. Porque, como él mismo dice, «este trabajo tiene que tener picardía. Si entras con miedo, es lo peor.» Especialmente en los espacios confinados, pozos antiguos y galerías profundas.

 

El Séptimo Pocero y las «Ratas Cariñosas»

Una anécdota memorable ilustra la pericia de Soufine. En un hotel del centro de Madrid, el dueño, al borde del colapso tras siete días sin dormir, lo recibió con la frase: «Eres el séptimo.» Siete empresas habían intentado solucionar un problema sin éxito. Le advirtieron que un punto clave estaba lleno de agua y era intransitable. Soufine, descolgándose 16 o 17 metros por un pozo sin soportes, llegó al lugar. Cuando subió, le dijo al dueño: «Señor, me dijiste que abajo no se puede llegar porque está lleno de agua. Las botas las tengo secas.»

Fue allí donde descubrió por qué las otras empresas no llegaban: las ratas. Soufine explica que la presencia de gatos «cariñosos» que se acercan es señal de que no hay gases y de que ese lugar no es frecuentado por humanos. «Si no vienen ratas ni nada, pues cuidado, que puede ser que hay que tomar otras precauciones.» Este trabajo, como muchos otros, lo resolvieron hasta altas horas de la noche, confirmando una vez más que para Soufine, si hay un problema, «lo quiero hacer sí o sí.»

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Acceso a Lugares Inaccesibles: El Subsuelo Histórico de Madrid

La trayectoria de Soufine también lo ha llevado a lugares donde pocos tienen acceso. Ha trabajado con Patrimonio Nacional durante años, realizando obras en sitios emblemáticos como el Palacio Real, El Escorial, y la Casita del Príncipe, así como en centros de salud de toda la Comunidad de Madrid. Su relación con arquitectos y técnicos de Patrimonio es tan sólida que, incluso ahora, si surge un problema en lugares como la Alhambra, recurren a su consejo.

Sobre la creencia popular de que Madrid está «llena de agua por debajo», Soufine aclara que depende de la zona. La mayoría del agua que encuentra embalsada en sus profundidades es agua fecal, producto de tuberías deterioradas y redes de saneamiento deficientes. La gente, lamentablemente, solo actúa cuando la situación se vuelve insostenible.

La Evolución de la Profesión y el Impacto de Internet

Soufine, que empezó trabajando para otros y se hizo autónomo en 2013 tras el cierre de la empresa donde laboraba, siempre buscó innovar. Se dio cuenta de que muchos problemas de pocería se debían a fallos de diseño o instalación. Él busca la «limpieza natural» en sus instalaciones, asegurándose de que las tuberías y arquetas funcionen de manera óptima y duradera.

Reconoce que Internet ha transformado la profesión. Aunque al principio le costó adaptarse a la idea de que cualquiera pudiera autoproclamarse «bueno», ha visto la necesidad de tener presencia online. El problema, sin embargo, radica en la falta de conocimiento del cliente final para distinguir un trabajo bien hecho. «Un fallo mínimo… es agua, agua siempre busca fluir», y un pequeño error en pocería puede tener consecuencias devastadoras.

Para Soufine, la clave está en la confianza y la garantía. Un trabajo de pocería debe ser «para toda la vida», con una durabilidad de al menos 50 años. Dos años de garantía, para él, es una «ruina», especialmente cuando ve la desolación en los rostros de los propietarios al descubrir humedades que arruinan sus hogares recién reformados.

El Arte del Pocero y los Hallazgos Curiosos

Más allá de la funcionalidad, Soufine imprime un sello artístico a su trabajo. Construye pozos redondos, estéticos, casi «de cristal», con fórmulas secretas que ha desarrollado a lo largo de los años. Cuando un colega le dijo que una de sus fotos de una arqueta parecía «Photoshop», Soufine lo tomó como el mayor de los cumplidos. Para él, es una forma de arte y paciencia, un placer personal que va más allá del pago.

Y sobre los hallazgos más extraños en el subsuelo, Soufine ha visto de todo: desde anillos y pendientes hasta colchones enteros en el alcantarillado. Lo más frecuente, sin embargo, son las grandes raíces de árboles que invaden las galerías en busca de agua, llegando a ser tan gruesas como troncos. Y, por supuesto, sus fieles compañeras: las ratas. Ha convivido con ellas durante horas bajo tierra, sabiendo que si no las molesta, no lo atacarán, pues ellas solo buscan vivir en esos espacios.

La historia de Soufine es la de un profesionale apasionado y dedicado que lucha día a día para mejorar la vida de las personas que se enfrenta desafíos únicos. Su historia es una mezcla de instinto y un amor incondicional por un oficio que, para él, es mucho más que un simple trabajo, es su vida.